Perdone,
Estoy sobre las rendijas de la muerte.
Mis dedos inconformes saltan
Queriendo abrir la negra alcantarilla.
Mi furioso deseo por terminar el vacío,
De conmover a ti demonio,
Sueltes una carcajada honda
Como los huecos de mis brazos,
Y te lleves el polvo de mi recia carne.
Muevo las piernas,
Suplico,
No avanzo,
Y mis brazos desesperan
Haciendo ademanes de velocidad.
Mojo la alcantarilla de amargas
Plastas de ansiedad
Que entorpecen mi lengua.
Estoy sobre las rendijas del mundo,
En el centro eterno de la divinidad infértil.
Déjeme de un solo paso,
Para abarcar todo el vano recuerdo,
Para comerme el infierno entero.
domingo, 25 de abril de 2010
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