viernes, 12 de diciembre de 2008

Llevala lejos

Regresa el tiempo

Y haz que no la conozca de nuevo.

Apártala de mí.

Oxida su camino.

Satura su hilo de vida.

Regresa mis pasos

Y adviérteme virar en alguna ladera incorrecta, lejos de ella.

Revélame en sueños tanta calamidad,

La que me dejara sin carne y matara las ilusiones de mis ya acabadas almas.

Siente mi agonía

Y el fenecido hueco, la sed de mi saber incesante.

Toma la forma de un dogal y ahoga el núcleo madre de mis elucubraciones ya incrustadas en la vulgaridad.

Llévala lejos.

Que no conozca jamás el goce de la muerte.

Que se sienta eterna,

Una llama más en el poso de esta tierra.

Tonantes mis palabras.

Las santas concentraciones del ritmo.

Los versos que se cuelan entre mis dientes,

El vomito de sanidad y el amargo placer de una castigada felicidad.

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